diálogos entre María Claudia Pettinari y Alicia Cabral de la Viña con la ayuda que les prestó don Félix Luna.
Personajes: Sarmiento
AliciaMaría Claudia
Escenografía: En la oscuridad de la sala, un cómodo sillón con una manta o poncho sobre él, una lámpara de pie que ilumina el sillón. Una mesa o escritorio al costado con libros de Sarmiento o sobre Sarmiento y dos sillas. Todo lo demás pemanece en la oscuridad.
Época actual. Septiembre. Sarmiento en Asunción del Paraguay, vísperas de su muerte.
Acto único: En la oscuridad de la sala se enciende la lámpara que ilumina el sillón. Se escucha la canción "Serenata para a tierra de uno" de María Elena Walsh. Baja el volumen de la canción y se enciende otra luz que ilumina la mesa o escritorio con las dos sillas donde aparecen sentadas, Alicia y María Claudia.
ALICIA: Es verdad verdadera...aunque no la veamos...como el sol...la Patria siempre está...aprisiona cada rincón, nos envuelve con azules y blancos...y comparte todo lo que hacemos...como ahora que está con nosotras, en nuestros corazones.
Y nosotras que estamos acá para hablar de Sarmiento. Él, que fue gestado también por esta Patria que lo vio nacer a los nueve meses del primer grito libertario.
Este es el escenario, entonces...La convocatoria, un panel sobre Sarmiento...La primera acción que hicimos fue rodearnos de libros y libros escritos por Sarmiento, y más libros escritos sobre él---pero seguíamos siendo dos...y es un panel...Y otro libro llegó a nuestras manos, "Sarmiento y sus fantasmas. Encuentros imaginados" del historiador Félix Luna...y allí estaba el maestro sanjuanino, dialogando con muchos de aquellos que habían tenido que ver con su vida y habían muerto con anterioridad...las dos nos miramos y al unisono dijimos: "- ya está...lo hemos resuelto...el tercer panelista será don Sarmiento"...Así que armamos los petates de nuestra imaginación...y fuimos a buscarlo, al igual que lo hiciera Félix Luna...y esta es la historia del encuentro.
Ma. CLAUDIA: -Lo fuimos a buscar cuando sus ojos vivían uno de sus sueños atardecidos...como hoy, ya casi primavera paraguaya.
Era la hora de la melancolía...La ventana que servía de marco a los recuerdos, se perfumaba con el olor de los naranjos. Los recuerdos lejanos...y los recién nacidos...El futuro inventado por Sarmiento se acercaba despacio...lento.
La sombra azul de aquella higuera sanjuanina acunaba su sillón tranquilo...y fue haciendo el balance de su vida...Lo dejamos hablar largo y tendido...desde su infancia sin prisiones, con madre, padre, hermanas, tíos, padrinos y maestros...de la palabra "cárcel" y "oprimido"...de cantos de sirenas...de amores y amoríos...la soledad agobiante de la lucha...todo tan cerca y tan lejano...los juegos de los niños, los gritos, sus miradas y el hambre de saber...que estaba a la vuelta de todas las esquinas. Lo escuchamos respetuosas, mientras la manta que cubría su cuerpo, entibiaba los escalofríos.
SARMIENTO(Alicia): Es el exilio...y duele...Allá está un puente, caminos...y después mi país...(sale de su ensoñamiento y pregunta cortés) ¿A que debo el honor de vuestra visita?.
ALICIA: Como dos adolescentes enamoradas las palabras se nos trabucaron, mientras pensábamos...
MA. CLAUDIA: ...en la angustia de la Patria nuestra...
ALICIA: ...en nuestra libertad tan castigada...
MA. CLAUDIA:...en la falta de pudor, la corrupción, la farsa...
ALICIA:...secruzaron los chicos denustridos...
MA. CLAUDIA:los maestros agobiados por la inercia...
ALICIA:...el pueblo postergado, sin trabajo...
MA. CLAUDIA:...escuelas como siempre, avasalladas...
ALICIA:...los derechos sin rumbo, sin justicia...